Las etiquetas de vino

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No es una tontería asegurar que muchas personas compran vino en función del tipo de etiqueta que tiene la botella. Muchos expertos aseguran que es un gran error (opinión que en Wine to you compartimos), no obstante, no podemos obviar que es una factor relevante a la hora de elegir nuestros vinos por multitud de factores entre ellos uno muy relacionado con el placer que produce beber un vino de calidad que desde el primer momento te ha entrado por el ojo con una etiqueta que consigue transmitirte sensaciones que otras no transmiten.

¿POR QUÉ UNA ETIQUETA ATRACTIVA EN UN VINO?

Las etiquetas de vino son el embalaje o el envase (obviando la parte consistente que en este caso es el vidrio) de cualquier otro producto. Es una seña de identidad básica para la venta de un vino y su objetivo debe ser informativo y persuasivo. Cuando hablamos de persuadir no os asustéis porque no es algo negativo. Las marcas y las bodegas tienen la obligación de conquistarnos y con la etiqueta tienen 1,5 segundos para dar el primer paso (partiendo de que el principal siempre debe ser la calidad del vino).

En base a esto, la construcción de una etiqueta de vino asociada a una marca o una bodega debe tener claro que:

– Debe aportar la información general del vino que vamos a comprar o consumir

– Debe aporta información acerca de los valores y filosofía de la bodega, el enólogo, los viticultores…

– Aporta el sello de calidad del vino y reconocimientos en caso de tenerlo

– Tiene que persuadir con un diseño adaptado al perfil de sus consumidores

– Debe tener los rasgos técnicos o de diseño convenientes para diferenciarse de otras marcas y aportar cosas diferentes

Algunos de estos aspectos tienen mucho que ver con la reglamentación de los diferentes organismos que marcan las bases de diseño y composición de las etiquetas (Consejos Reguladores). Aún así, el espacio es suficiente para dejar volar la imaginación y ser creativos.

¿QUÉ TIPOS DE ETIQUETAS HAY?

Establecer una clasificación es complicado. Es mucho mejor establecer diferentes pautas o características a tener en cuenta como por ejemplo:

– La Denominación de Origen: las D.O más tradicionales acostumbran a utilizar etiquetas más clásicas. Ejemplos claros pueden ser D.O.Ribera del Duero o D.O.Ca.Rioja, aunque esta última cada vez tiende más a aportar etiquetas más modernas para diferenciarse y alcanzar un público más joven. Si la D.O no es tan clásica, las etiquetas nos sorprenden con diseño más arriesgados y tienen estrategias más agresivas en este sentido.

– Variedad dentro de la gama de vinos de la misma bodega: cada vez son más las bodegas de tradición histórica y con un recorrido importante, que tienen unas gamas de vinos que son los representativos de la bodega (los más clásicos y reconocidos) con etiquetas tradicionales mientras que los nuevos vinos incorporan una aire fresco en cuanto a diseño e imagen.

– El fin o destino de los vinos: los vinos destinados al mercado nacional no tienen demasiadas limitaciones pero las cuestiones fonéticas a la hora de diseñar una etiqueta son importantes para los vinos cuyo fin es la exportación. Por ejemplo, la «r» no es una buena estrategia para vender vinos fuera de españa por cuestiones fonéticas que todos conocemos e imaginamos.

-Técnicas de impresión: la tecnología avanza en todos los ámbitos del mundo del vino y la impresión de etiquetas ha dado un paso adelante con la impresión digital (permite mayor flexibilidad a la hora de adaptar las etiquetas a mercados, promociones, fechas señaladas, ediciones limitadas…). Los aspectos técnicos de las etiquetas son cruciales a la hora de plasmar la imagen del vino, la marca y la bodega ( usar relieves, mates, brillos, sombras…)

-Historia y trayectoria de la bodega: existen D.O con tradiciones y orígenes muy marcados y esto, sigue influyendo en el diseño de las etiquetas. Tiene algo que ver con un punto anterior pero no es exactamente lo mismo. Por ejemplo, en D.O.Ca.Rioja, los orígenes franceses en el aprendizaje de la crianza de muchos vinos ha hecho que se adapten características típicas de la zona como armas o escudos familiares a los diseños.

¿ALGÚN CONSEJO PARA LOS WINELOVERS?

En base a lo expuesto anteriormente, nos gustaría dejaros una pequeña reflexión que tal vez os ayude a la hora de comprar un vino:

Tened muy en cuenta las etiquetas de vino pero no las convirtáis en un elemento decisivo de compra. Podréis encontrar grandes diseños y mensajes muy bonitos adaptados a vosotros que se traduzcan en vinos de calidad muy dudosa. Las técnicas de marketing, y en especial el neuromarketing, son capaces incentivar comportamientos que la mayoría de vosotros seréis incapaces de detectar ( uso de colores determinados, posiciones de elementos concretos, tipografías, fondos…).

No obstante, os recomendamos que os dejéis llevar por las sensaciones sin convertirlas en el juez de vuestra compra. El mundo del vino es un mundo en el que prima el placer, las experiencias y las sensaciones. Obviar lo que despierta en nosotros un diseño atractivo sería cortar de raíz la lógica de nuestro cerebro. Por ello, es importante saber dejarse llevar y disfrutar de la creatividad hasta el momento en el que nos toca valorar el principal criterio de compra: la calidad del vino (elaboración, tipo de producción, tipo de uva, clase de vino, D.O, bodega…).

El diseño de las etiquetas es un elemento diferenciador que en los últimos años ha ganado peso en la venta de vino. No podemos privarnos de disfrutar de auténticas obras de arte pero es importante que seamos capaces de descifrar los mensajes y leer entre líneas para que nuestras experiencias con los vinos sean de calidad. Si eres de los que te la han dado con queso alguna vez, no te proecupes, todos nos equivocamos y seguro que te sirve para aprender.

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