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Hoy traemos un personaje célebre que tiene una gran historia detrás.
Robert Louis Stevenson, es un poeta y novelista escocés que dejó para la historia grandes obras que muchos de nosotros hemos leído o hemos podido disfrutar en versión papel o en cine con grandes versiones como La Isla del Tesoro o El Extraño caso del Doctor Jekyll y el señor Hyde.
La vida de Robert Louis Stevenson no fue nada sencilla. No nos referimos a la época en la que vivió ( mediados y finales del S.XIX) si no al tipo de vida que le tocó llevar en la que las enfermedades y su débil salud marcaron de forma accidentada su trayectoria y recorrido vital.
De algunos episodios de su vida, destacamos el momento en el que su padre decide cambiarle el nombre inicial al coincidir éste con el de un político radical de la época o algunas enfermedad como la bronquitis (la cual le apartó del ciclo natural de aprendizaje y estudio de la escuela) o la tuberculosis (enfermedad que le afectó en una edad más avanzada).
Este personaje célebre tuvo que elegir entre la adoración por escribir y el empeño de su padre por hacerle un hombre de provecho incitándole a dedicar su vida profesional al mundo de los negocios. Sin embargo, la vocación y el talento pudo con todo ello y nos deja un legado literario lleno de vivencias personales marcadas por el género realista la ficción de los viajes que realizó a lo largo de su vida junto a su gran amor.
Robert Louis Stevenson y el vino tuvieron una relación muy estrecha. El vino fue un gran acompañante de viaje que le hizo vivir grandes momentos y sentía una conexión especial que le hacía sacar aspectos de la vida que en ocasiones escondía tras el dolor y la preocupación por una salud que no era la que corresponde para ser realmente feliz. Prueba de ello es la siguiente frase que recogemos:
» EL VINO ES POESÍA EMBOTELLADA»
Y sí, nosotros estamos de acuerdo con esta frase. Y no porque la diga un personaje del gremio que supo disfrutar de dos mundos relacionados, sino porque en cada botella de vino podemos ser capaces de sentir historias y vivir experiencias. Historias de viticultores, bodegas, recuerdos aromas que son capaces de hacernos recordar momentos que han marcado, marcan y marcarán nuestra vida. Por eso el vino es poesía embotellada, porque nos traslada a mundo especiales y diferentes, nos alejan de lo mundano y nos convierte en seres puros que sabiéndolo disfrutar de la forma adecuada convierte los sorbos en belleza.
¿No creéis?
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